Existen dos enfermedades de la próstata que pueden ser tratadas con cirugía, las cuales son: El cáncer de próstata y el crecimiento benigno de la próstata (no canceroso o hiperplasia prostática). En otro Blog mencionamos cuándo se deben realizar las cirugías.
Cirugía por cáncer
Una cirugía por cáncer es mas agresiva, y se denomina radical, es decir que se retira la próstata desde la raíz, y mas que eso, también se retiran otros órganos asociados durante la cirugía, como lo son las vesículas seminales, la grasa al rededor de la próstata, la vía urinaria que pasa a través de la próstata y ganglios linfáticos.
Al quedar un hueco entre la vejiga y el pene, se tienen que unir ambos extremos para que la orina pueda salir por el pene, lo cual se realiza durante la misma cirugía. El nombre que recibe esta cirugía es: Prostatectomía radical.
Sus riesgos más frecuentes son: incontinencia urinaria, disfunción eréctil, sangrado, infección, estrechez del conducto urinario, tromboembolismo, entre otras.
Cirugía por crecimiento benigno de la próstata
Cuando la cirugía se realiza por un crecimiento no canceroso, o crecimiento benigno de la próstata, no se retira todo, ya que el objetivo es quitar la obstrucción para lograr una mejor micción. Se deja el conducto urinario, la parte periférica y la cápsula de la próstata. Tampoco se quitan las glándulas asociadas, ni los ganglios linfáticos, ademas que el conducto urinario no pierde su integridad por lo que no hay que unir la vejiga con el pene. Esta es una cirugía menos compleja, con pocos riesgos y una recuperación rápida.
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Dr. Josué Ortiz Romero
Especialista en Urología. Enfocado en el diagnóstico, tratamiento médico y quirúrgico de las enfermedades de las vías urinarias.
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