La enfermedad de “piedras” en el riñón es muy antigua, existen momias egipcias que muestran ya de su existencia. Actualmente la incidencia va en aumento, por la expansión de la dieta occidental alta en sodio, alta en proteínas, alta en carbohidratos simples y predisponente al sobrepeso.
Es más frecuente en hombres que en mujeres, y puede presentarse a cualquier edad. Aunque en menores de 18 años, es bastante raro, cuando se presenta requiere una valoración multidisciplinaria por el pediatra, endocrinólogo, nefrólogo y urólogo.
Una exposición mayor a la deshidratación es un factor de riesgo frecuente, ya sea por el clima cálido, por la ocupación con actividad física intensa, o por la baja ingesta de agua. Pero recordamos que solo son factores de riesgo, no son determinantes.
Las “piedras” en el riñón se forman a partir de un pequeño cristal que se filtra en el riñón (calcio, fosfato, magnesio, ácido úrico, etc.) y forma parte de la orina (Todos arrojamos cristales microscópicos, es un proceso normal y natural), que se llega a agregar a otro cristal, y así sucesivamente a otros cristales hasta llegar a un tamaño considerable (inclusive muy grandes). Esto debido a factores bioquímicos que favorecen o inhiben esa agregación de cristales; por tanto, un exceso de cristales en la orina, al igual que una disminución en su solubilidad, son determinantes. Es por eso que el tomar agua simple en suficientes cantidades provee una protección natural para prevenir la litiasis, en la mayoría de los casos.
Existen otras causas en la formación de litiasis, aunque mucho menos frecuentes, y algunas muy raras. En orden de prevalencia mayor son: las infecciones, obstrucción del flujo urinario, alteraciones hormonales, presencia de cuerpos extraños, algunos fármacos, alteraciones genéticas (p.ej: Acidosis tubular renal).
Las “piedras” en el riñón puede dar dolor renal intenso, sagrado en la orina, infecciones urinarias de repetición, o simplemente se encuentran accidentalmente durante un estudio de imagen como un ultrasonido. Y aunque el ultrasonido es el primer paso para el diagnostico de litiasis, el estudio ideal es la Tomografía Axial Computarizada simple de abdomen y pélvis.
El tratamiento varia en relación al tamaño, localización, dureza de la piedra, y el estado del paciente. Por ejemplo algunas piedras pueden migrar del riñón hacia el uretero, otras tantas quedan “pegadas” al riñón, eso ayuda a determinar el tipo de cirugía a utilizar. Otro ejemplo es el tamaño y la dureza de la piedra, entre mayores sean, el tratamiento es más complicado y la posibilidad de requerir mas de una intervención aumenta.
Quirúrgicamente existen varias formas para el tratamiento de las piedras, desde ondas ultrasónicas, energía con láser, energía neumática, cirugía endoscópica, cirugía laparoscópica, cirugía percutánea, o cirugía abierta. Todas ellas efectivas en determinados casos. En otros blogs hablaremos en qué consiste cada una de las técnicas, así como de sus pros y contras.
Si tienes piedras es importante hablar con tu urólogo de confianza para determinar la mejor alternativa para ti. De no tratarla puede generar daño renal no reversible o infección severa.
Las mejores formas conocidas de prevenir las “piedras” es tomar al menos 8 vasos de agua simple al día, dieta baja en sodio, dieta moderada en proteínas, evitar alimentos muy procesados o condimentados, adecuado control de peso, evitar refrescos, bebidas carbonatadas, bebidas o alimentos con saborizantes y endulzantes artificiales.
Si requieres una valoración especializada o una cirugía, con gusto podemos atenderte, tenemos amplia experiencia en las diferentes técnicas quirúrgicas existentes. Bendiciones.
Dr. Josué Ortiz Romero
Especialista en Urología. Enfocado en el diagnóstico, tratamiento médico y quirúrgico de las enfermedades de las vías urinarias.
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